La “Cultura de la Hidratación Natural” tiene como propósito fomentar y promover una mayor conciencia sobre la importancia de adquirir unos hábitos correctos de hidratación saludable.
Mantener una hidratación adecuada y constante a lo largo del día es uno de los pilares fundamentales para llevar un estilo de vida saludable, ya que el agua es el componente principal de los seres humanos (aproximadamente el 60% de nuestro peso es agua).
El agua tiene, además, un destacado papel en numerosas funciones que contribuyen al equilibrio vital del organismo y es considerada ya como un elemento esencial para la mayoría de los procesos fisiológicos. Sin embargo, aunque dependemos de ella, nuestro cuerpo no es capaz de sintetizarla en cantidades suficientes (solo unos 250 ó 300 ml al día), ni de almacenarla, por lo que debe ser ingerida diariamente en una cantidad aproximadamente igual a la que se pierde (en torno a 2,5 litros al día a través del sudor, la orina, la respiración y las heces).
Con solo un 1% de pérdida de nuestro peso corporal, ya se puede ver afectado nuestro rendimiento físico y cognitivo, y, a medida que aumenta la deshidratación, los síntomas y efectos se van agravando, pudiendo llegar, en los casos más severos, a delirios y alucinaciones. Si pasamos un tiempo prolongado sin beber agua, nuestro cuerpo puede llegar a perder hasta el 10% de su peso en forma de agua.
Con una deshidratación superior a este porcentaje ya se requerirá asistencia médica para poder recuperarse. Si el organismo se enfrenta a un déficit de agua crónico, estaremos causando ciertos desajustes en nuestro cuerpo que pueden ocasionar daños severos a órganos como los riñones, el cerebro, los pulmones, el hígado, etc.
2 (Litros) Mujeres adultas
2.5 (Litros) Hombres adultos
Beneficios del agua en tu cuerpo Juega un papel importante en la digestión de los alimentos y en la absorción de nutrientes en el sistema gastrointestinal. Es necesaria en la disolución de nutrientes para que estos puedan ser absorbidos es esencial para que los riñones funcionen bien y favorece la eliminación de toxinas y otros desechos del organismo. Contribuye a mantener las funciones físicas y cognitivas normales. Ayuda a proteger las articulaciones y contribuye a un óptimo funcionamiento de los músculos.
Es necesaria para el buen funcionamiento del corazón. Ayuda a regular la presión arterial y la circulación sanguínea. Es imprescindible, como constituyente esencial de la sangre, para transportar hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes, así como oxígeno a las células. De esta forma, las células son capaces de producir la energía necesaria para un buen
funcionamiento del organismo.
Ayuda a regular la temperatura del organismo, especialmente durante la práctica de ejercicio físico y ante situaciones de calor intenso, ya que facilita la redistribución del calor desde los tejidos hasta la piel mediante el enfriamiento del cuerpo a través del sudor.
Piel: El agua ayuda a la hidratación y elasticidad de la piel, pues actúa como desintoxicante y purificador de la sangre. Aparato respiratorio: Ingerir agua suficiente hidrata las mucosas, garganta, bronquios y pulmones; disminuyendo la probabilidad de infecciones virales.
Cerebro: El cerebro depende en gran medida del agua para trabajar de forma más eficaz. Una adecuada hidratación aumenta la capacidad de concentración y de memoria.
Una hidratación adecuada es el pilar fundamental para el óptimo desarrollo de las funciones fisiológicas más importantes que se producen en nuestro organismo. “Un estado de inadecuada hidratación dificulta la eliminación de toxinas y otros desechos del organismo y puede provocar disfunciones del organismo”.
Fuente: Extracto Guía de Hidratación
Instituto de investigación agua y salud.