La influenza es una infección vírica que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones. La infección dura generalmente una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis.
La mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. Sin embargo, en algunas personas la infección puede conllevar graves complicaciones de la enfermedad subyacente, provocar neumonía o causar la muerte.
Puede verse afectado cualquier grupo de edad, aunque unos corren más riesgos que otros. Las personas con mayor riesgo de enfermedad grave o complicaciones son:
La gripe estacional tiene fácil propagación y se transmite rápidamente en entornos como las escuelas y las residencias de ancianos. Al toser o estornudar, las personas infectadas dispersan en el aire, a distancias de hasta 1 metro, gotículas infecciosas (con virus), infectando así a las personas cercanas que inspiran esas gotículas.
El virus también puede transmitirse por las manos contaminadas. Para prevenir la transmisión hay que lavarse las manos frecuentemente y cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al toser. En los climas templados las epidemias estacionales se producen sobre todo durante el invierno, mientras que en las regiones tropicales pueden aparecer durante todo el año, produciendo brotes más irregulares. La influenza suele propagarse rápidamente en forma de epidemias estacionales.
El periodo de incubación (tiempo transcurrido entre la infección y la aparición de la enfermedad) es de unos 2 días, pero oscila entre 1 y 4 días.
En Referencia tenemos disponible diferentes pruebas para la detección de la Influenza:
1. Influenza A+B
2. Influenza A+B Rápida
3. Influeza A/B/H1N1
4. Flu A, Flu B, RSV+Tipificación de Flu A
5. Panel Resp. PCR (Flu A/B/RSV + SARS CoV-2)
6. Panel Respiratorio FilmArray
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