El receptor del anticuerpo de TSH es el principal factor patogénico en la enfermedad de Graves – Basedow, la más frecuente de las patologías autoinmunes de la glándula tiroidea. Este anticuerpo también se asocia al hipertiroidismo y la oftalmopatía.
Al igual que la TSH, el anticuerpo se liga al receptor y tiene un efecto estimulante. Debido a que no están controlados por el sistema de retroacción negativa, su acción estimuladora conduce al estado clínico tirotóxico de Graves – Basedow.
El ensayo Anti – TSHR es un inmunoensayo de electroquimioluminiscencia para la determinación cuantitativa de autoanticuerpos contra el receptor de la TSH en el suero humano. El ensayo utiliza un anticuerpo monoclonal estimulador del tiroides para hacer sus determinaciones y cuantificaciones.
Además de su uso para la determinación de Grave – Basedow, la prueba de Anti–TSHR se puede utilizar para la detección o exclusión de hipertiroidismo autoinmune, ya que la presencia de dicho anticuerpo indica que la tirotoxicosis del paciente tiene etiología autoinmune y no de un bocio nodular toxico.
Durante la fase de tratamiento la prueba puede ser útil para indicar la remisión de la enfermedad Graves – Basedow debido a una reducción del nivel de anticuerpos en suero.
Más allá, ya que los anticuerpos Anti–TSHR son del tipo de inmunoglobulina G, que son capaces de traspasar la placenta, pueden provocar que una mujer embarazada le pase la enfermedad tiroidea al feto. La medición de los anticuerpos Anti–TSHR durante el último trimestre de embarazo en pacientes con historial de afecciones clínicas tiroideas, puede ayudar a evaluar el riesgo tiroideo del recién nacido.