La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la adultez, es una etapa de grandes cambios a nivel físico, emocional y social.
Es muy amplia y se puede dividir en tres etapas: la preadolescencia, la adolescencia temprana y la adolescencia tardía. Estas etapas son únicas para cada persona, no encaja en una sola casilla, cada adolescente es única y puede ir transitando entre estas etapas dependiendo de las características propias.
La preadolescencia, que es entre los 8 y 11 años aproximadamente, lo que más resalta son los cambios físicos, está lo que es la pubertad, que es ese comienzo de cambios a nivel fisiológico en donde se puede ver el agrandamiento de los senos, el crecimiento del vello púbico, el ensanchamiento de las caderas.
La segunda etapa es la adolescencia temprana, que es entre los 11 y 15 años aproximadamente, aquí suceden grandes cambios a nivel cognitivo, con un pensamiento más abstracto, es ir más allá.
También en cuanto a la socialización ya los padres no son el centro, sino que la atención viene a girar en torno al grupo de iguales, sobre todo este grupo con las amigas, este sentir pertenecer y la comparación. Al mismo tiempo está la atención hacia los chicos y surge entonces lo que es el enamoramiento.
La tercera etapa es la adolescencia tardía que es entre los 15 y 19 años aproximadamente, y pudiera extenderse hasta los 21 ó 23 años, dependiendo del caso.
En esta etapa comienza el contacto con el alcohol y/o sustancias sicoactivas, y esto es algo crucial.
Hay que recordar que ese cerebro todavía está en proceso de desarrollo, la parte frontal que tiene que ver con la toma de decisiones, impulsividad…
Hay una vulnerabilidad, un gran riesgo, por lo que hay que estar muy pendientes para que esto pueda ser canalizado, y trabajar mucho en que la joven pueda tener esa capacidad de poner límites, esa asertividad, esa capacidad de decir que no, de poder diferenciarse y de poder trabajar en su propia autoestima.